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Seguramente más de una vez te habrán dicho “tienes que pensar positivo”, lo cual no es tan fácil como pareciera. Actualmente, esto se ha transformado en un cliché, pero realmente ¿sabes la importancia de pensar positivo?.  Para entender la importancia del pensamiento positivo, primero analicemos las consecuencias que trae a nuestras vidas el pensamiento negativo. Pensar negativamente, no solo amarga nuestros días y tiñe nuestra forma de ver la vida, sino que también nos puede producir: Alteraciones psíquicas: por ejemplo, angustia, ansiedad y depresión. Alteraciones fisiológicas: el pensamiento negativo, muchas veces nos hace somatizar, causando daño, por ejemplo, en nuestro sistema inmunológico, cardiovascular y gástrico. Muchos pensamientos negativos, derivan a su vez, de distorsiones cognitivas, formas erróneas e ilógicas de pensar, que aprendemos desde la infancia y se instalan en nosotros como verdades absolutas, por ejemplo: Pensamiento todo o nada: cuando ves la vida sin matices, es decir, es blanco o es negro. Filtraje: cuando te centras solo en los aspectos negativos de alguna situación, sin considerar los aspectos positivos. Autoinculpación: cuando tiendes a culparte a ti mismo de algo que no tienes culpa. Afirmaciones del tipo “debería”: seguramente más de alguna vez te has sorprendido a ti mismo diciendo “debería ser”, “tendría que”, “no debería hacer”, “no tendría que”. Ahora que ya sabes las consecuencias de pensar negativo, veamos los beneficios de pensar positivo. Cuando piensas positivo, contrarrestas al pensamiento negativo y derrumbas las distorsiones cognitivas, lo cual te permite, entre otras cosas: Sentirte mejor contigo mismo. Evitar somatizaciones y daños a tu salud física y mental. Ver la vida con una perspectiva diferente, con menos limitaciones, transformando los problemas en oportunidades de crecimiento, convirtiéndolos en un desafío personal. Fortalecer tu autoestima. Mejorar tus relaciones interpersonales. Vivir plenamente Así que ahora, te invito a poner en práctica el pensamiento positivo! Podrías ver increíbles cambios en tu calidad de vida. Para comenzar, podrías intentar reflexionar cada noche, sobre como estuvo tu día, destacando lo positivo y descartando todo tipo de pensamiento negativo. Así podrás ir ejercitando tu mente y comenzar a cambiar la perspectiva con que ves la vida.  ...

¿La felicidad debería ser algo permanente? ¿por qué no puedo ser feliz? ¿qué es ser feliz? Estas son algunas de las preguntas que suelen surgir en torno a la felicidad. Muchas veces pensamos que no logramos ser felices porque tenemos problemas que nos agobian o no se nos presentan las oportunidades que esperamos, pero ¿qué es realmente la felicidad?. Como dijo Jean-Jacques Rousseau “Todo hombre quiere ser feliz, pero, para llegar a serlo, habría que empezar por saber qué es la felicidad”. Si buscamos sobre qué es la felicidad, sin duda, encontraremos muchas respuestas, por ejemplo, para los sociólogos, la felicidad “expresa hasta qué punto le gusta a una persona la vida que lleva”. Este concepto es bastante amplio y la felicidad podría depender de factores externos, como lo material, el trabajo, la vida familiar, las relaciones interpersonales, etc. Para otras personas, la felicidad podría ser un momento en el que se sienten en armonía con el mundo y consigo mismos, pero en cuanto surja un problema, ese estado desaparecerá. Es por esta razón, que resulta fundamental comprender la felicidad como un estado mental, por lo tanto un estado interno, ajeno a los cambios externos, con esto quiero decir, que la felicidad está en nuestro interior y depende, en gran medida, de cómo decidimos enfrentar el mundo. Los problemas y las complicaciones siempre van a existir y no siempre los podremos evitar, pero el cómo ves ese problema y el cómo lo enfrentas, es lo que hará la diferencia. Porque como dijo Wayne Dyer “Cuando cambiamos la manera en que miramos las cosas, las cosas que miramos cambian”. En este sentido, tenemos dos caminos: Podemos mirar los problemas como algo que nos agobia y nos paraliza. Podemos hacemos cargo de ese problema. Cuando digo “hacernos cargo del problema”, me refiero a una actitud activa: puedes buscar diferentes alternativas de solución, puedes reflexionar sobre qué oportunidades  te presenta el problema, oportunidades para aprender, para crecer…en otras palabras, puedes elegir mirar el vaso medio lleno y eso es lo que precisamente te ayudará a lograr ese tan deseado estado mental, llamado “felicidad”. Por lo tanto, hablo de una forma de ser y de mirar la vida. Si tu felicidad depende de los demás, de una nota que esperabas, un logro o algo material, podrás sentir alegría, que es una emoción y por lo tanto, algo momentáneo, pero si realmente quieres trabajar en ser feliz, entonces empieza a fijarte en cómo enfrentas la vida, si decides tener una actitud positiva, entonces será más probable que logres cultivar una felicidad profunda y duradera, que te ayudará a vivir plenamente....

Para muchos, el cambio es algo deseado, temido o evitado porque muchas veces no sabemos cómo hacerlo. Sin embargo, es inevitable y constante en la vida, tú no eres la misma o el mismo de hace 1 año atrás y no lo serás en 3 meses más, cada día nos llenamos de nuevas experiencias y de nuevos aprendizajes, que van modificando nuestra forma de ver o enfrentar la vida, van cambiando nuestras prioridades, nuestras necesidades y nuestras motivaciones. El cambio está a la vista de todos cada día, ya que ningún día es igual a otro y no podemos predecir qué va a pasar mañana, porque todo se está modificando constante. A veces el cambio surge espontáneamente y otras veces, necesitamos un pequeño empujón, ya sea pidiendo ayuda o intentando hacer las cosas de una manera diferente. Muchas veces queremos ver resultados distintos, pero hacemos una y otra vez, los mismos intentos para lograr ese cambio, sin tener resultados favorables. Recuerda que en la medida que hagas distintos intentos por solucionar algo, obtendrás resultados diferentes. Si pensamos en el cambio, como en la instancia de solucionar un problema, podemos lograrlo haciendo las cosas de una manera diferente, o bien, viendo las cosas de una manera distinta. Muchas veces estamos de manos atadas con algún asunto, pero el cómo nos afecta, está en nuestras manos. Tú decides si tu problema te va a agobiar permanentemente o si harás algo por cambiarlo, puedes cambiar tu forma de verlo, rescatando lo positivo, viendo qué oportunidad te presenta ese problema para mejorar tu vida, para aprender. Se trata de flexibilizar la mente, abriéndola a nuevas formas de ver la vida. Muchas personas que tienen Psicopatologías, piensan que nunca van a cambiar. Tal vez padezcan algo crónico, pero el cómo llevan su enfermedad, es algo que está en sus manos. Pueden limitarse, o bien, descubrir qué significado tiene esa enfermedad para ellos, qué aprendizaje les deja, qué oportunidad les presenta para cambiar su vida. Todo eso, por sí mismo, implica un cambio. Para lograr todo esto, te puede ayudar, reflexionar sobre cuáles son los pequeños cambios que esperas hacer primero, ir paso a paso, flexibilizando tu mente hacia una forma más positiva de ver la vida, observando las cosas desde diferentes ángulos, pensando en distintas alternativas sobre cómo hacerlo y pidiendo ayuda si es necesario, lo cual facilitará cambiar tu vida y vivir plenamente....

En la vida, si hay algo de lo que no podemos escapar, es del sufrimiento. Es algo a lo que estamos expuestos constantemente y que no discrimina entre sexo, edad o nivel socio-económico. Algunos pueden pensar que el sufrimiento proviene de malas decisiones, que ocurre para que obtengamos aprendizajes necesarios para nuestras vidas, incluso algunos piensan que es obra del destino. Si bien, no podemos evitar sufrir, tenemos 2 caminos para enfrentar esto: lo podemos hacer con una mentalidad flexible, dispuesta a ver el vaso medio lleno o una mentalidad rígida, que conduce a ver el vaso medio vacío, es decir, que aumenta la intensidad con la vivimos el sufrimiento. Y es en esta última en la que me quiero detener, porque no solo nos hace sufrir más, sino que también, muchas veces, es la causa de nuestro propio sufrir y lo que muchas veces impide alcanzar la paz interior. Cuando hablo de mente rígida, me refiero a personas inflexibles, aquellas a las que ni los mejores argumentos del mundo, las hace cambiar de opinión, esas personas que creen que la verdad, es su verdad. Hablo de aquellos que se resisten al cambio contra viento y marea y cuya capacidad de adaptación es mínima. En este sentido, la inflexibilidad no solo genera altos niveles de estrés y baja tolerancia a la frustración, sino que también, produce mucha angustia al no poder tener todo bajo control, lo que puede traer como consecuencia, una dificultad en las relaciones interpersonales, teniendo puntos de vista muy rígidos. Esto se relaciona con un intenso miedo a cometer errores y también al cambio, lo que claramente va generando dificultades en el crecimiento personal, acompañado de alteraciones en distintos ámbitos de la vida, ya que estas personas buscan un perfeccionismo obviamente inalcanzable. Entonces, ¿cómo flexibilizar la mente? Como podrás notar, la flexibilidad mental es un tema muy amplio, pero me enfocaré en aspectos prácticos que te pueden ayudar: Mente positiva: Sin duda el pensamiento negativo (puedes profundizar sobre este tema, leyendo “El Poder del Pensamiento” en mi Blog) es parte del pensamiento rígido, muchas veces funcionamos con Distorsiones Cognitivas, formas rígidas e irracionales de pensar que aprendemos desde la infancia, como por ejemplo: “El pensamiento “todo o nada”, el pensar “es blanco o es negro” y no ver matices, solo nos lleva al sufrimiento, ya que en la vida nada es tan absoluto, siempre hay distintas posibilidades para hacer las cosas y diferentes alternativas para llevarlas a cabo. “Lectura de pensamiento”, muchas veces asumimos lo que la otra persona piensa sobre la vida o sobre nosotros, esta forma de pensar también causa sufrimiento, porque si vivimos asumiendo lo que piensan los demás nos vamos sumergiendo en otra realidad, la que vivimos desde nuestra visión, muchas veces se producen malos entendidos con la gente por no preguntar y asumir ciertas cosas. “Sobregeneralización”, ocurre cuando nos pasan cosas puntuales y lo vemos como una realidad absoluta, es decir, una tormenta en un vaso de agua, algo salió mal y todo está mal. A veces es mejor ir separando las cosas, analizando posibilidades y consecuencias, en lugar de hacer juicios apresurados. Por lo tanto, siendo consciente de estas distorsiones cognitivas y contrarrestándolas, podrás lograr una mentalidad más positiva que te llevará a la flexibilidad. La conciencia de ser falible y tener buen humor: El perfeccionismo y el escaso sentido del humor van de la mano, por lo tanto, el tener conciencia de que somos seres falibles y ver con humor esa imperfección, es clave para la flexibilidad. En vez de centrarnos en lo que “deberíamos hacer”, es mejor centrarse en lo que “podemos hacer” de la mejor forma posible, así no se te pasarás la vida esforzándote por alcanzar lo inalcanzable y podrás disfrutar y vivir plenamente....